Y me quedan las hojas.
Tiemblan los números de la semana
y un lunes se estremece
porque el sábado y domingo no fueron agradecidos.
Hace calor. Igual hace un año
y muchos años que sucede lo mismo,
lo mismo dentro de otros tantos...
toca el cansino ritmo de las estaciones.
Y mancho las hojas.
Dejo aquí mi eternidad,
embajador de lo que tú, ahora, sientes.
Y pasan los martes,
la sangre muda,
las manos quietas y el corazón
tan intranquilo.
Pero me quedan las hojas
para tumbarme en sus vocales,
lamentar tanto abandono. Pedir.
¿Me daría alguien una escalera..?
en mi voz