el porqué de mi nombre



Me convertí en el negro de macguffin y consentí estar a las ordenes de un tirano porque amo el cine por sobre todas las cosas. Carecía de nombre de manera voluntaria porque el trabajo de negro requiere acatador anonimato. Si algo he de agradecerle a macguffin es haber visto hermosísimas películas orientales y un nombre. Al verdadero padre de macguffin, Alfred Joseph Hitchcock, se le atribuyó siempre un gusto por las esculturales y gélidas rubias, pero estuvo casado toda su vida con una excelente escritora, guionista de muchas de sus películas y dobladora de voces, su nombre Alma Reville, en su honor mi nombre es Alma.