bienvenido a mi casa

Hace algo más de dos años empezó mi andadura en los espacios de windows live, habitando una casa que no era mía, por la que pagaba un alquiler, pero que era mi hogar. La amueblé poco a poco, coloqué mis cuadros, mis libros, mis discos y la dejé totalmente a mi gusto. No he tenido nunca ningún problema con mi arrendador pero últimamente empezó a hacer algunos cambios que no me gustaron (ese es el alquiler que todos pagamos). Convirtió, quería convertir mi casa en un evento en el que la anfitriona, la mayoría de las veces, no tenía nada que decir. Y tener que rechazar tantas invitaciones de gente que no conoces, cansa, (ver chateando con polvete tropical) sobre todo cuando tienes otras cosas mucho mas interesantes que hacer, como hablar con tus amigos, aquellos que te conocen y respetan y leen lo que escribes y escuchan lo que dices, aunque sea en silencio.

La ventaja de estar en alquiler, es que no tienes que vender tu casa para poder irte a otra. Buscas otro arrendador que te guste más et voilà. Esta parte fue fácil, muchos de mis amigos están aquí, en esta finca de hermosa fachada en la que había apartamentos libres y como decimos en esta tierra mediterránea y a veces indolente, “pensat i fet”.

No suelo dudar en tomar decisiones, y la primera que surgió fue como bautizar mi casa. Ante la insistencia de un buen, muy buen, apreciadísimo amigo, de que cambiara el nombre de negro de macguffin, tomé una de esas decisiones que tomo porque soy muy cabezota (eso lo dice otro de mis amigos que también cambió de casa y le cambió el nombre, varias veces), no, no iba a cambiar. Me gusta, me encanta mi nombre, ALMA, y ese nombre nunca hubiera existido de no ser por macguffin (ver explicación a la derecha). Y por tanto, decidí cambiar de casa pero no de contenido y aunque ya no soy el negro de macguffin, no olvido en ningún momento que lo fuí. No voy a traer todos los muebles de la otra, no. No por que sea un trabajo costoso y cansado, si no porque es verdad que este traslado me permitirá deshacerme de algunas cosas, pero hay otras que pienso traer conmigo, poco a poco. Las iré guardando en la buhardilla que esta casa nueva tiene (y que estará siempre abierta), y las que se me ocurran, si se me ocurren, las iré colocando en mi confortable salón, donde recibo a mis amigos, donde les ofreceré un café (que me encanta) o un té (que a mi no me gusta), les pondré esos videos que siempre se enseñan a los invitados (pobrecitos, lo que tienen que aguantar), pero que verán educadamente porque me quieren, les recitaré poemas prestados, robados y míos, que escucharan atentamente (angelitos) porque es verdad que me quieren.

Esta, por ahora, es mi casa. Sed bienvenidos.

P.D. Quería escribir algo para daros esa bienvenida que todos os mereceis, pero recordé que ya la había escrito, porque este dónde este, mi casa es la vuestra.

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© 2008 Alma