Voy a escuchar una nueva canción de Rosario Bléfari. No es de su último disco, pero he descubierto hace poco a esta cantante argentina y me gusta lo que hace. Pongo en marcha el player. Primero y sin querer, entra en mis oídos la melodía. No importa que la letra sea espectacular, si no puedo tararear la música, la canción no me interesa, ya la leeré en su momento como si de un poema se tratase, pero no la cantaré.
Esta me va entrando, la letra es sencilla si, y que?, ya escucho la voz, es clara y rotunda. Suena bien. Y dice:
Que no termine nunca esta cuadra, esta noche, este aire / Que no se acaben los días, que nunca esté completa la felicidad / Que no termine nunca este cielo, este instante en tus brazos / No sé ya lo que digo, se vuela mi vestido, no será una casualidad.
Parece una mujer fuerte, dura incluso, y sin embargo su canción es de una dulzura increíble, del reconocimiento de estar enamorada, lo demás no importa. Quizás no comparto del todo lo que dice, lo de nunca o lo de siempre en el amor no me convence, pero si puedo llegar a ver su determinación y comprenderla.
Sigo escuchando otra canción:
Decimelo otra vez, no entendí nada / Me distraen, sin remedio, tus labios que se abren y se cierran, y se abren y no hay nada más.
No hay nada más, solo unos labios por los que se olvida todo. Contundente. Solo resta dejarse llevar por la música y cantar. Que bien se esta destripando canciones. Tarareando.
© 2008 Alma
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