la guerra de los carritos

miércoles, 30 de abril de 2008

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Hoy toca super. No me gusta ir un sábado por la mañana porque siempre hay demasiada gente. Pero trabajo obliga y aquí estoy, en hora punta. Como era de esperar no tengo monedas para el carrito, me acerco a la máquina de cambio que se anuncia educadamente. En la mayoría de comercios que rodean al super han colgado el cartel: ”no damos cambio, hay máquina”, deben estar hartos de nosotros, los aguerridos compradores que se olvidan en casa las monedas, pero eso es lo que hay.

Y digo bien lo de aguerridos porque pasada la entrada empieza una lucha entre carros que ríase usted de Ben Hur. Por no se que extraña e invisible razón que guía el espíritu de los carritos, éstos están siempre en tu línea de paso. El local es grande y hay sitio, pero no, los vehículos se colocan estratégicamente para impedirte el paso y debes esquivarlos como si fueran minas personales. ¿Tienen vida propia? o ¿es la mano de sus provisionales dueños quien los ha dejado allí a propósito para dificultar nuestro avance?

Sorteamos las minas pero hay que estar pendiente de los misiles, los encantadores y maravillosos niños corriendo alegremente y tropezando con todos. Y sus encantadores y maravillosos padres dejándoles ejercer sus movimientos libremente como manda el libro de derechos humanos de los niños. Propongo el manifiesto de derechos humanos del portador de carrito y que sea de obligado cumplimiento.

La guerra sigue, ahora viene lo de no ver marcado el precio en el producto que te interesa, solo en ese, lo de luchar en las colas para que no se cuele el listo de turno, lo de rezar para que te corresponda la cajera rápida, la de recordar donde aparcaste el coche, etc. etc. etc.

A todo esto he de confesar que me gusta comprar en el super. No aprendo.

1.- A sugerencia de Äfrica, derecho a que las ruedecitas del carro funcionen siempre correctamente. No a la tortura de los carros que van donde quieren
2.- A sugerencia de Juanjo, derecho a un volante con dirección asistida. Basta ya de esos obligados movimientos de caderas que pueden lesionarnos.
3.- A sugerencia de Luz, obligación de coger siempre un carrito para comprar. Nunca se sabe si hará falta.
4.- A sugerencia del funambulista, precaución con las rampas para carritos. Las carga el diablo
5.- A sugerencia de Ana, carritos con tarjeta. Fuera ya de molestas monedas que solo hacen que romperte el monedero.
6.- A sugerencia de Sotto Voce, ojo con los carritos abandonados. El último que he visto estaba encima de un árbol, palabrita de Alma.
7.- A sugerencia de Juan43, carritos automáticos. Nada de tonterias, carritos robotizados con GPS.




© 2008 Alma

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