De pequeña no me dejaban leer, rectifico, no me dejaban leer tanto como yo hubiera querido. Devoraba los libros, toda clase de libros. No era esta la causa de que no me dejaran leer, no. Mis padres mantuvieron la sana costumbre de permitirme leer lo que cayera en mis manos, con la única condición de preguntar siempre que no entendiera algo. Me prohibían leer tanto, para que no se dañara mi vista, de hecho ya algo estropeada.
Por eso, adquirí la costumbre de ir a menudo al lavabo. La niña mas meona y cagona del mundo es el sobrenombre que entonces debería haber adquirido. Me descubrían enseguida claro, no existían entonces (al menos para nosotros), las casas con dos baños, y en cuanto alguien de mi familia o alguna visita, deseaba evacuar, allí que me pillaban, en plena lectura. Igual me encontraban leyendo La Odisea que las novelas de Marcial Lafuente Estefanía, incluso y aún siendo poco romanticona, alguna de las de Corín Tellado, tan denostada ella, la mujer, dicen, que mas ha vendido en castellano después de Cervantes y su Quijote. Y he de añadir, que no era fácil estar allí tanto tiempo, teniendo en cuenta que en aquella época vivía en plenos Pirineos y no teníamos calefacción. Creo que desde entonces y curada ya de cualquier virus invernal, no he cogido ninguna gripe, algún resfriadillo molesto pero nada más.
Fue en el lavabo, más que en el colegio de la época, donde adquirí un extenso y cuidado vocabulario. Una escuela de lo más efectiva ese retrete mío.
Por supuesto ahora nadie me impide leer, quizás la vista, que no cuidé lo que debiera en su momento, mea culpa, pero cuando mi visita al baño se prevé de más larga duración, llevo como acompañante el libro que estoy leyendo. Y hoy, allí sentada, calentita con mi calefacción, leo: “La muchacha dio un grito; no hacía falta más….” y disfruto de “La música del adiós” de Ian Rankin.
Si leer es un placer, que lo es, lo he disfrutado a tope, lo disfruto, lo disfrutaré. A veces, a escondidas.
Ilustración de anne julie aubry
© 2009 Alma
27 hablaron con Alma:
Alma:
Yo no era lectora,mi locura pasaba por el dibujo y la pintura.No se encontraba un papel en blanco en mi casa.Yo lo convertía en una maraña de dibujos.
Cualquier marerial era bueno para expresarme.
Crecí y los papeles fueron mas grandes,los bordes de las hojas del colegio,estaban abarrotadas de grafismos.Entiendo tu espacio y tu placer.
Sigo y seguiré,es mi placer.Te saluda desde Argentina,Liliana.
Hola, ola de mar...
Yo prefería los puzzles y los libros a las muñecas, de echo ellas no me gustaban nada, pero jugaba de vez enc uando para no hacer el feo a quienes me las regalaban.
Supongo que la afición venía de mi padre, que siempre estaba leyendo cuando era pequeña. Luego, por circunstancias de la vida, tuve que dejar de leer, así hasta los trece o catorce años , empecé a devorar libros, pero adecuados a mi edad. La fiebre de la lectura me vino, entre los 15 y los 18 años, iba cambiando de temas, buscando algo que creo que no he encontrado.
Hoy, leo menos, no puedo evitarlo, el blog y las series de la fox y la calle, me lo impiden, bueno , me lo impido yo, claro...en fin...Pero es curioso, a veces me entra la fiebre de nuevo y vuelve a ser prioritaria, me hace más rica, me aisla del mundo y vivo otros mundos.
Ja, quien te imaganará de niña escondida..y vaya cosas más complicadas para tu edada, muchacha precoz...Un día, recomiéndame un libro, anda..¿si?. seguro que con el tiempo que me llevas leyendo ( gracias), sabes que me puede gustar.
Un beso o tres
Aire
Pues sabes lo que hacía yo, pues sabes lo que hacia yo?
Me escondía debajo de la cama para leer, porque mis hermanos no me dejaban tranquila y de mi madre, de ella también me escondía, sobre todo los sábados por la mañana que tocaba limpieza general, y claro como era una niña, según ella tenía que aprender a hacer las labores del hogar y yo, lee que te lee, en definitiva, me convertí con el tiempo en una adulta incultohogareña.
¡Vivan los retretes y los de debajo de la cama!
Por cierto, me dejaba a jirones los pelos en los muelles.
No dolía ná.
Besitos
Jajajajaja
Que sepas que te estoy visualizando, sí, sí, ahí sentada con tu librito, jajaja!
Játe tú, nunca he leído yo en el váter....Será que soy muy rápida, como Billy! ;)
Mañana vuelvo, pero no quería irme sin decirte que lo siento, pero es que te estoy visualizando, jajaja!
Yo leía en el instituto, durante las clases aburridas...
Hasta mañana!!!
Y te cuento más cositas!
Un beso, muakkkssss!
P
Si que es (los lectores) tenemos un vicio que deberían encerrarnos (en una biblioteca, claro está).
Un besote.
Tengo algún que otro amigo aficionado a leer en el lavabo, yo prefiero sitios más cómodos, en fin, lo importante es leer sea como sea.
De pequeñito, yo leía dentro de la cama con una linterna, para que mis padres no me descubrieran (se suponía que tenía que dormir por la noche jejeje)
voy a leer tus otras entradas
Dicen que las largas estancias encima del inodoro se pagan con el sufrimiento en silencio (como decía el famoso anuncio). De no ser así, ya hace tiempo que mi cuarto de baño tendría revistero y balda para lecturas de urgencia.
Besos.
Jeje, me recordaste a mi Alma, yo tarde mucho en aprender a leer, cuando porfin empezé a darle duro fue en mi casa, no en el cole, con los tebeos de mi hermana, también me colocaba en un rincón y ahí con esfuerzo daba rienda a mi curiosidad, la primera vez que mi madre me pillo leyendo no me creia, pensaba que lo sabía de memoria jeje, desde entonces empecé a leer todo lo que caia en mis manos y mi vista empezó a notarlo con el tiempo, a los 14 ya necesité gafas, el médico fue tajante...esta niña lee demasiado...pero a mi, que me quiten lo bailao...jeje
Besossss
No sé si es bueno o malo pero creo que he leído más partituras que otra cosa en mi vida.
Es mi lectura cotidiana y constante, y además he de memorizar todo lo que leo.
Pero es tan grande el placer, que la obligación pasa desapercibida.
Con los libros tengo mi pequeña pena, y es que he leído menos de lo que me hubiera gustado o de lo que me gustaría.
Mi padre es devorador también, así como mi abuelo paterno lo era. Mi madre siempre se ha encargado de que tiviera el material suficiente, y yo he hecho uso de él siempre que me lo he podido permitir.
También soy cegata y me cuesta mucho leer por las noches, con lo que me queda menos tiempo...
Pero sin duda, leer es un gran placer que además nos aporta cultura y nos abre la mente!
Y ahora, voy a leer a más amigos.
Un besito
P
Alma,m sonreía al leer tu entrada.
Debe ser que no eres la única que hace esto.
MI marido siempre lee cuando va al baño o retrete como decía Sta.Teresa.
MIra,en mi caso no lo tengo por costumbre,es más,creo que no he leido nunca en él.
MI lectura ha sido simple:o bien en la cama o en la cocina por la noche.
Dicen que Lutero tuvo su inspiración(luteranismo)en el water.Todo tiene sus recompensas
Besucos
Gó
Yo de pequeña era como tú, leía muchísimo y más. Cuando se acercaba el cumple de alguien de mi edad mi madre les regalaba libros y los compraba con tiempo para que yo me los leyera!
jaja...
mi hermano acabó de leer así "Los Miserables" de Víctor Hugo...
pues leer es uno de los más gratificantes placeres de la vida...
(sin alusiones a los otros que mencionas jeje)
Y pues es así como se forma un escritor ¿o no? (quiero decir leyendo ;)
un beso
EL baño es el unico lugar donde uno puede estar tranquilo, es el ultimo reducto del solitario, yo siempre llevo algo para leer y cuando no algo para jugar (gracias a Miyamoto por las consolas de videjuego portatiles) que me dan tanta lectura como muchos libros.
Allí se puede uno desaflojarse del todo y dejar que la mente trabaje porque el cuerpo ahce el resto solo.
Un abrazo!
PD: No puedo seguir tu blog, no encuentro donde esta la opcion en el, como hago?
jlg
Yo es que en el baño, un minutito escaso, oye.
Soy más de leer en la cama, de noche, invitando a que Morfeo le dispute a las musas del entretenimiento mi preciado tiempo.
Bueno a ti precisamente, a ti te leo yo a cualquier hora.
Yo creo que por circunstancias casuales he pasado media infancia encima de ese gran Barco de Vapor. Recuerdo primero esos libros con sus tapas blancas, y acto seguido cuando la experiencia me hizo más atrevido, el paso a esas azulonas, era realmente un valiente en aquellos tiempos.
Y cuanto ha llovido desde entonces, ahora ya no es la casualidad sino la devoción la que marca los colores de mis libros, y también el trabajo, ¿porqué no?(además en estas fechas, si se me permite puntualizar)
PD: ¿Corto y cuatro sorbos? Sin duda, experta.
Una a una y hasta un total de 18 entradas acabo de leer disfrutando de su lectura.
Aquí me tienes, con las armas de bloguero apunto para el ataque, para los besos y para las palabras.
A escondidas de mis obligaciones me escapo con tus palabras en el vehículo de tu voz: un montón de caballos de potencia para un viaje de lo más hermoso.
Besos mi reina.
¡ Salud !
te sigo siempre que puedo, aunque supongo que nunca lo haré al baño, tu lugar de lectura...es que en el mío se lee la mar de bien.
Yo leía por las noches con una linterna cuando mis padres me acostaban. Sacaba la linterna que tenía escondida y leía toda la noche. Luego me levantaba con un sueño increíble, claro, pero merecía la pena.
Creo que si tuviera un ordenador en el baño, entonces no saldría de allí, jajaja!
Todo el día procrastinando a la vez que ...ando, jajaja!
Besitos
P
Es curioso, no sé si te he explicado alguna vez que a mí no me gusta mucho leer. Leo por obligación, porque me interesa, por saber, por aprender, porque sí, pero no por placer. No sé muy bien cómo explicarlo. Debería ser un gran lector, me gustaría serlo, debería serlo, pero nunca lo he sido. Devoro ensayos de filosofía porque es mi supuesta profesión, indago de todas partes, escucho y sobre todo pienso. Siento más que pienso, porque soy un corazón andante. Pero pienso mucho. Así que yo al baño voy con mis pensamientos, que me acompañan a todas partes y me paso el día con la ilusión remota de que alguna vez logre dejarlos todos bien ordenaditos y poder largarnme a un lugar secreto donde no existan ideas sino sólo sentimientos.
Un beso y gracias por tus visitas. Ya vuelvo a ser yo.
Cuando Antiqva hacia el servicio militar, en aquellos tiempos en que un tipo bajito regía los destinos imperiales de España, en una de las letrinas alguien habia escrito:
"Cagar es el único placer no prohibido"
Jamas lo olvide.
Y hacerlo con un libro de cuentos en la mano, ya es algo que supera las limitaciones usuales del espacio y el tiempo.
Un abrazo, amiga
En más de una y de dos ocasiones yo también me llevaba lectura al baño a escondidas,no porque no me dejaran leer, sino porque leía de noche y me decía que lo hiciera de día, con la luz natural.
Ahora con luz natural o no sigo leyendo.
Un saludo
Estimada Alma:
Ante todo, te pido perdón por visitar tan poco tu "casa", mi excusa es que rindo excesivo homenaje a mi alter ego en el mundo virtual.
Ya que hacía tiempo que no pasaba por aquí, quería dejar mi huella en esta entrada tuya, que leí hace tiempo y me arrancó una buena sonrisa.
Me permitirás ser vulgar y barriobajero, yo desde luego sí me lo voy a permitir. Leer cagando ha sido uno de los mejores placeres que haya podido conocer en este mundo. De hecho, al retrete debo cierto amor que he profesado por los cómics (lo reconozco, leo "literatura gráfica" -espero que no exista este término, qué horror, voy a cortarme un dedo por atreverme a escribir algo así-). El problema era quedarse embelesado por la lectura y se me durmieran las piernas y se me olvidara que las heces ya habían brotado y... Bueno, detalles escabrosos que no conviene señalar.
(Tampoco he sido tan vulgar y barriobajero, y me ha faltado lo justo para caer en la escatología.)
Saludos desde los laberintos.
P.D. Gracias por los comentarios en las fotos de "Soy un cyborg" y "Fallen Angels". Me has sorprendido al afirmar que colaboraste en la traducción de la película de Kar-Wai, te alabo, me arrodillo ante ti, beso el suelo que pises ;). Y estoy de acuerdo en lo que dices de Takeshi Kaneshiro, en cuanto a que dice mucho sin palabras y a que es un buen actor y... un "guaperas". (Bien visto, los protagonistas de "Fallen Angels" son beautiful people.)
P.D.(2) No creo que yo lo diga todo y muy bien con mis palabras: mi último texto se ha quedado muy corto. Quizás sea culpa de la teoría del iceberg de Jemingüey, a la que todavía no le pillo el truco...
Hola Alma! Me he dado un paseo por este bosque que tienes por blog. Y digo bosque por la cantidad de materia que tienes. Aquí uno puede perderse, y no importarle. Vaya, que me podría tirar leyendo bastante rato, jejeje.
Y hablando de leer, y de el famoso retrete donde tú leías, me apetecía comentar que a mí me empezó a gustar leer muy tarde (bueno, tengo 22 años y empecé hace unos tres años). La cuestión es que me encantaba escribir, lo cual exigía cierta absorción y asunción de conocimientos que no tenía, pero que deseaba tener. Así fueron mis comienzos.
Luego, gracias a eso he podido incluso ganar algún que otro premio a nivel local.
Hoy en día me encanta leer. No puedo estar sin un libro (o un par) empezados. Suelo compaginar uno que me ayude a despejarme y otro con el que poder aprender.
En fin, me gusta mucho tu blog (a parte de tu cálida voz, al menos en la lectura de poemas), y si me permites, te añado a mi lista de blogs amigos para seguir tu estela por este, redundo, bosque maravilloso.
Saludos!
Estoy teniendo una sana costumbre empezar a leer a mis amigos
Del Blogger (Eso espero) por el principio o por el medio.
Y tu no se cual me gusta mas. Bueno como no tengo que elegir, te leo de todas las maneras.
Un beso
Leer tus escritos es un placer Alma. Escucharte leer aún más.
Qué sentirás cuando lées tus propias creaciones?
Un gran abrazo,
íAN
Cuanta ventaja me llevas!! qué envidia!!
Publicar un comentario
di lo que quieras, estás en tu casa