mi nombre es Alma Reville

domingo, 1 de marzo de 2009

Ser la mujer de un genio no es fácil. Ayer, Gary me llamó totalmente desconsolado, no entendía nada del guión que Alfred cambiaba a cada paso del rodaje, estaba desorientado y confuso, al fin y al cabo, pensé, igual que su personaje en la película. Lo mejor hubiera sido que yo rescribiera el texto, como siempre, pero el engreído Lehman se negó rotundamente, peor para él, mi queridísimo esposo lo modificará de todas maneras a su antojo. Hoy se ha presentado en casa con una sonrisa maliciosa, acababa de rodar su cameo en la película, nada original, la puerta de un autobús cerrándose en sus narices. Yo estaba de mal humor, todos los días venían los chismosos de siempre con sus noticias sobre la gélida Eva, que si le prestaba mucha atención, que si estaba pendiente de todas sus escenas. Pobres tontos, si conocieran bien a Alfred sabrían de su misoginia con sus rubias actrices, las llevaba en volandas durante el rodaje, pero después las olvidaba sin ningún escrúpulo. Pero el chismorreo de hoy me ha afectado de verdad, una insinuación sobre mi poca influencia en esta película, y he decidido ser maliciosa también, le he pedido a mi marido que ruede otra escena sin que el resto del equipo intervenga, quiero demostrar mi poder y lo haré. Le he sentado en un tren durante tres segundos vestido de mujer. De mujer morena, por supuesto.



**relato totalmente inventado sobre unos hechos totalmente reales**









escena de la película
"Con la muerte en los talones"
Alfred Hitchcock


© 2009 Alma

21 hablaron con Alma:

mati dijo...

muy bueno, alma, creo que con mas frecuencia deberiamos ponernos en el lugar de los demás, desde ese punto todo es diferente...
un besazo

aapayés dijo...

siempre es un lujo leerte, en el lugar de los demás, desde ese angulo todo es diferente...

muy bello


saludos fraternos con el cariño de siempre..

Dante Bertini dijo...

supongo que para el gran Alfred todos los demás eran como los pinceles para Picasso o Bacon: una herramienta para lograr su obra.
Sufrieron, sí, pero tal vez este sea el precio de la supuesta inmortalidad humana.
un abrazo, Alma

Raúl dijo...

Sonrío... mentira... ¡me parto de risa!.

Anónimo dijo...

Jajaja, Alma, qué bueno!
Le estás dando un homenaje al negro de McGuffin, a esa Alma!
Era hora de que escribieras esto. Me ha gustado mucho, mucho.
:D
Por supuesto, de morena, ajajajaja!

Querida, sos un encanto ;)


Un besito


P

Anónimo dijo...

Interesante esta dama...y suerte que tuvo Alfred de contar con su inestimable compañia y ayuda...
Parece mas de lo de siempre..
Besos

Anónimo dijo...

Muy interesante esta historia, que no deja de hablar nada mas ni nada menos que de la lucha de poderes...me quedo pensando.

Alma la que me pierdo soy yo y no vos, quedate tranquila.
Un abrazo y gracias por tu visita , toda una sorpresa.
Gracias!

Anónimo dijo...

Alma,me has hecho sonreir¡¡
Vaya imaginación la tuya para hacer la entrada¡¡¡
Qué bueno¡Sí,venga,a hacer la escena de tres horas¡¡¡
De dónde sacas el ingenio?
Besucos

P.D.Veo que hay blogeros muy buenos,y tengo la suerte de teneros como amigucos.

Manu Espada dijo...

Jaja, muy bueno. Precisamente "Con la muerte en los talones" es una de mis películas fetiche, la tengo en VHS y la habré visto, no sé, pero no te exagero si te digo que la he visto decenas de veces. Me encanta el cameo del maestro vestido de mujer, qué tipo más grande. Besos cinéfilos.

Manu

Joe dijo...

Estoy seguro que al menos fue una buena leccion para el, aunque si hubiese sido rubia tal vez lo hubiera entendido mas aun, un abrazo!

jlg

Marisol Cragg de Mark dijo...

Me uno al primer y segundo comentario + una sonrisa :-)
Recibe un abrazo desde mi mundo hacia el tuyo.

Juanjo Montoliu dijo...

¡Bien hecho, Alma! Tres segundos son suficientes para dejar un recuerdo imborrable. Ver a Alfred, y ver a su Alma en una imagen, que quizá no venga a cuento, pero que es, en el fondo, un gran relato.

Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Qué simpático. Desconocía esta anécdota. Y, desde luego, a Alfred(a) se le ve muy bien con su traje azul marino. Besitos, guapa.

MORGANA dijo...

REALMENTE INCREIBLE COMO SACAS EL INGENIO...¡ME ENCANTO!!
UN BESO.
SHERE

Feliciti dijo...

Te leí el martes, como dicen por ahí, un lujo tenerte tan cerca.
Besos!

Єѕтnoм dijo...

Fantástico!!
Tu imaginación no tiene límites.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

¡¡Ay, Dios, qué buenísimoooo!!
Si es que detrás de una gran mujer... ¡siempre hay otra gran mujer!
Genial esta pequeña y dulce venganza, querida Alma.¡Eres grande!
¡Besos traviesos y divertidos!

MORGANA dijo...

QUE GRANDE ERES ALMA...UNA MUJER ESTUPENDA.HE DE DECIRTE QUE NO SOY NI LA CUARTA PARTE DE LO QUE ERA HACE DOS AÑOS.HE ASUMIDO LO QUE OCURRIO Y NO SIENTO RENCOR HACIA AQUELLOS QUE ME HICIERON DAÑO.
LA LEY DEL BOOMERANG PONDRA A CADA UNO EN SU SITIO.AHORA FALTA LA PEOR TAREA Y ESA ES SOLO MIA,EL AMARME Y ACEPTARME TAL CUAL SOY.PERO SOY TESTARUDA POR NATURALEZA Y NO CEJO EN MI EMPEÑO...LUCHARE AUNQUE ME DEJE LA PIEL ,QUE NO TE QUEPA LA MENOR DUDA.UN BESO A TU ALMA .
Mº JOSE.

Anónimo dijo...

Hola..ola de vuelta!.Solía ver las pelis de Alfred desde mi habitación cuando era niña. Es que las ponían tarde y tenía que esconderme. Me hurn tú micro peli..al final las mujeres tienen la última palabra. Un beso. Aire

Paperenblanc dijo...

Increible lo que leo. Impactante. Eres buena Alma.

- YOGUR - dijo...

La empatía, cariño, que desgraciadamente hay mucha gente que no la tiene. Mejor nos iría si supiéramos ponernos siempre en la piel de los contrarios. Seguro que aprenderíamos a preocuparnos únicamente por lo importante y a mirar menos nuestro ombligo.

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