Estoy en un descanso del rodaje de Encadenados. Espero en mi caravana a que vuelvan a llamarme y mientras, recuerdo mi largo camino hasta llegar aquí. Salí muy joven de España, aconsejado por mi madre que no veía con buenos ojos mi relación con Conchita. Corría el año 1910 cuando conseguí mi primer papel en el teatro, la obra se llamaba Two Women y como era de esperar, mi personaje era un conde español, un arrogante conquistador que no hablaba bien el inglés. Pronto encontré una viuda que pagara mis estudios, se encaprichó de mi porte y simpatía y me abrió algunas puertas hasta el momento cerradas. Estaba cansado de hacer siempre el mismo tipo de papeles secundarios, y aunque todos decían que mi voz era seductora y agradable, mi acento no era adecuado para protagonismos teatrales, y decidí probar fortuna en el cine dónde no era necesario declamar. Y triunfé, vaya si triunfé, más de cien películas antes de que llegara el sonido, una detrás de otra, un héroe romántico tras otro, trabajé con Griffith, con Pickford, Sennett, Gish, Barrymore, Swanson, Garbo. Las fiestas en mi mansión Crestmount eran legendarias, nadie quería perdérselas, en ellas conocí a Novarro y Roland y les presenté a varios directores para que pudieran ascender en sus incipientes carreras. Recuerdo la llegada de las películas habladas, a partir de entonces empecé a trabajar menos, pero extrañamente no fue por mi voz, los latin lover empezaron a ser caducos y anacrónicos y yo ya pasaba de los cuarenta. Si lo pienso bien, no me importó, algunos críticos alabaron mi clara, suave y masculina voz y por fin pude interpretar papeles que aún siendo secundarios, eran algo más que una cara bonita. Ya tengo firmada para el año que viene otra que dirigirá King y no creo que me falten ofertas. Oigo a Hitchcock que nos llama para continuar, apago el cigarrillo en el cenicero, dejo mi copa vacía y me dirijo al set, la película sigue. Mi nombre es Antonio Garrido Monteagudo, soy el primer español que ha triunfado en la Meca del cine y no quiero que nadie se lleve este mérito que me corresponde.
**relato totalmente inventado sobre unos hechos totalmente reales**
**relato totalmente inventado sobre unos hechos totalmente reales**

Antonio Moreno
Greta Garbo
en "The Temptress"
© 2009 Alma