chantajea que es gerundio

lunes, 23 de junio de 2008

Continuación (o no) de lo cortés no quita lo caliente


Martín no aceptó mi ultimátum, no es que le importara estar en el paro, no, pero no podía soportar la pérdida de su asegurada asignación. Si me hubiera planteado la cuestión en términos de volver a ser él de antes, recuperando su forma física para satisfacerme mejor, quizás hubiera aceptado alguna solución intermedia, pero al muy gilipollas se le ocurrió hacerme chantaje. Hay personas a las que se les puede chantajear pero no soy una de ellas. ¿Qué podía hacer? ¿Publicar en internet fotos de nuestra relación, fotos íntimas, muy íntimas? Aún me estoy riendo, no soy una exhibicionista, pero que todos vieran lo que soy capaz de hacer a estas alturas, me divertía un montón. ¿Me señalaría por la calle la gente? ¿Mis amigos? ¿Mis amigas? Sólo de pensarlo me producía un intenso placer, provocar un escándalo con algo que no es escandaloso me hace sentir bien frente a esa gente de fachada puritana que habita en almas decadentes y falsas. Que se jodan. ¿Se lo diría a mi marido para provocar un divorcio que me perjudicara? Él muy idiota, aún vivía en la época en que las mujeres nos casábamos por dinero. Recuerdo una de las frases que me repetía a mi misma en mi adolescencia: “No quiero encontrar un hombre rico, quiero ser rica”. Y lo logré, claro que lo logré. Cuando me casé con Toni lo hice por amor, le quería o pensaba que le quería, pero el amor se desvanece como el humo de ese cigarro que ahora nos fumamos a escondidas, no de nuestros padres, sino para parecer ecológicos y cumplidores con el medio ambiente. Se nos fue el amor a cambio de ser estética y socialmente correctos.

En última instancia, si Martín se ponía agresivo y continuaba con su juego de venganza, utilizaría el plan B. No sería mi primer asesinato. Con los otros tres había adquirido una probada eficiencia. Y con él no iba a ser distinto. Prepárate Martín, chantajea que es gerundio, gerundio del verbo morir.




© 2008 Alma

12 hablaron con Alma:

Juanma dijo...

Je,je, je.
Desde luego lo del Plan B como que no me lo esperaba.
Me hizo acordar de la Massiel y su "yo tuve tres maridos y a los tres asesiné"...
Esto se ha puesto intersante. Idiota Martín que no ha pensado ni por asomo que hay infinidad de mujeres mucho más "dotadas" que él en el músculo más interesante: EL COCO. Ese coco bién desarrollado sí que da miedo, y no el cuento chino con el que de siempre trataban de atemorizar a los tiernos infantes.

Besazos señora Novelista, que está usted hecha toda una Grande.
Precioso relato. Y sí una continuación en toda regla... Y si te pones hasta podrías seguir y seguir... Imaginación no te falta querida.

¡ Salud !

Juanjo Montoliu dijo...

El primer pecado prepara el terreno del segundo, dicen.
Y tú, si has caído en ese delicioso pecado de la novela negra, no esperes mi perdón, a menos que te sirva para seguir pecando, que es, en el fondo, para lo que sirven todas las confesiones.

Un besazo.

Anónimo dijo...

O_O

Sal del cuerpo de Alma, seas quien seas! Jajajajajaja!
Es que me pasa que también me ha sorprendido muchísimo el texto, el final, jajaja!
Pero resulta que me encantan las sorpresas y me gustan las emociones fuertes, así que te diré que estoy encantada de estar así O_O y que no me importaría seguir leyendo.
:D
Creo que eres única y especial.
Me he quedao con las ganas de saber las artes "amatorias-mortuorias" y espero que lo desveles, por favor, por si algún Martín se pasa de listo, muahahahahaaaaaaaaaaa!!!
xDDD!!!

Eres genial!


SV

Juanma dijo...

Gracias por tus 3 felicitaciones, tus 3 deseos y tus 3 intenciones.
Eres un tesoro, al que quiero cuidar.
Besos mi reina.

¡ Salud !

Juanjo Montoliu dijo...

Mi último optimismo podría ser también el primero, y consiste sólo en que no haya un último optimismo, sino una sucesión infinita de esperanza.

Gracias por tu felicitación. Eres un sol.

Un besazo.

Raúl dijo...

Tu personaje no cumple canónicamente con el perfil de "viuda negra". Aquella, como ser de leyenda, se presentaba como un azote, un castigo mortal para todo aquel hombre que incumpliera (en términos católico-apostólicos) la sagráda regla de la fidelidad doméstica.

La viuda negra, según la tradición argentina, por ejemplo, se aparece a los hombres infieles haciéndoles temblar de espanto.

En el caso de tu historia, y aunque evidentemente parece beber de las mismas fuentes que el estereotipo, la diferencia radica en que el pecado viene provocado por el propio personaje principal, que no se nos presenta como justiciero sino como ajusticiable, mostrando al mismo tiempo desde uni inicio poco margen para la sorpresa o el desarrollo de su pérfido rol;.. ¡es mala la jodida!. Y punto.

Anónimo dijo...

Sucede, que te escucho antes de
venir a leer esta entrada, recitando a Oliverio Girondo, y me quedo a cuadros con este relato tan distinto de lo que evoca tu voz al recitar. Una "profesional" de las sorpresas Alma. Dura y calculadora, con experiencia en dar muerte a los "cabrones" que se cruzan en tu vida.
Eso es ser escritora. Si señora. Capaz de escribir o recitar un poema o saltar a la prosa fantástica y negra.

Felicidades. Me ha encantado leerte.. como siempre.

Anónimo dijo...

Leñe,no me esperaba el desenlace final de esa manera,jajaja,genial!Gcc.

Anónimo dijo...

pues parece que el plan 'B' está más que probado... ¿3 veces? jueeee
jejejje

un abrazote.

-Jordi-

- YOGUR - dijo...

Me acabas de dejar con unas ganas inmensas de leer una continuación. Esto se está poniendo muy interesante ;D

Anónimo dijo...

Jajaja! Fantástico! Casi olvido el placer que me produce venir a visitarte.
En mi nuevo año de vida, voy a intentar tener tiempo que dedicaros, que dedicarte. No quiero dejar de venir a tu casa, a vuestras casas.
No quiero olvidarme...

Un abrazo que se comerá un trocito de la tarta por ti.

Nikté dijo...

Creo que Juanjo te está influenciado con eso de la novela negra.
He dicho

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